Hay muchas cosas que pueden hacer que un niño tenga rabietas, arrebatos emocionales y un comportamiento general «malo» o inesperado. Estas pueden incluir razones biológicas, como tener hambre o estar demasiado cansado. Puede incluir problemas de comunicación relacionados con los desafíos de aprendizaje. También puede incluir motivos emocionales, como no poder afrontar o describir sus sentimientos. Su entorno también puede influir en el comportamiento.
¿Cuál es el comportamiento normal de un niño?
El comportamiento normal de los niños depende de la edad, la personalidad y el desarrollo físico y emocional del niño. El comportamiento de un niño puede ser un problema si no se condice con las expectativas de la familia o si es perturbador. El comportamiento normal o «bueno» generalmente se determina en función de si es apropiado respecto de lo social, lo cultural y el desarrollo. Saber qué esperar de su hijo en cada edad le ayudará a decidir si su comportamiento es normal.
Recuerde, ningún niño tiene un comportamiento perfecto. El médico, el establecimiento preescolar y la escuela de su hijo ayudarán a establecer expectativas para su hijo y su edad y desarrollo.
¿Qué puedo hacer para cambiar el comportamiento de mi hijo?
Los niños tienden a continuar con un comportamiento cuando se los recompensa y se detienen cuando son ignorados. Ser constante es importante porque recompensar y castigar el mismo comportamiento en diferentes momentos confunde a su hijo. Cuando crea que el comportamiento de su hijo puede ser un problema, tiene 3 opciones:
- Decida que el comportamiento no es un problema porque es apropiado para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
- Intente detener el comportamiento, ya sea ignorándolo o castigándolo.
- Presente un nuevo comportamiento que prefiera y refuércelo recompensando a su hijo.
Camino hacia el bienestar
La mejor manera de detener el comportamiento no deseado es ignorarlo. Esta forma funciona mejor durante un período de tiempo. Cuando desee que el comportamiento se detenga de inmediato, puede utilizar el método de tiempo fuera.
¿Cómo utilizo el método de tiempo fuera?
Decida con anticipación qué comportamientos requieren un tiempo fuera (generalmente son rabietas o comportamientos agresivos o peligrosos). Elija un lugar de descanso sin distracciones y que no inspire miedo, como una silla, un rincón o un parque infantil. Cuando esté fuera de casa, considere usar un automóvil o un área para sentarse cercana como lugar de descanso.
Cuando ocurra el comportamiento inaceptable, dígale al niño que el comportamiento es inaceptable y advierta que lo pondrá en tiempo fuera si el comportamiento no se detiene. Mantenga la calma y no parezca enojado. Si su hijo continúa portándose mal, llévelo con calma al área de tiempo fuera.
Lleve un registro de cuánto tiempo ha estado su hijo en el tiempo fuera. Ponga un cronómetro para que su hijo sepa cuando se acabe el tiempo de espera. El tiempo fuera debe ser breve (generalmente 1 minuto por cada año de edad) y debe comenzar inmediatamente después del comportamiento o después de que el niño se calme. Debe permanecer a la vista o al alcance del oído del niño, pero no le hable. Si el niño abandona el área de tiempo fuera, regréselo tranquilamente al área y considere reiniciar el temporizador. Cuando termine el tiempo fuera, deje que el niño abandone esa zona. No discuta el mal comportamiento, pero busque formas de recompensar y reforzar el buen comportamiento más adelante.
¿Cómo fomento un comportamiento nuevo y deseado?
Una forma de fomentar el buen comportamiento es utilizar un sistema de recompensas. Los niños eventualmente aprenden que el mal comportamiento es inaceptable y que el buen comportamiento es recompensado. Esto funciona mejor en niños mayores de 2 años. Puede demorar hasta 2 meses en funcionar. Tener paciencia y llevar un diario de comportamiento puede ser útil para los padres.
Elija 1 o 2 comportamientos que le gustaría cambiar (por ejemplo, hábitos a la hora de acostarse, cepillarse los dientes o limpiar los juguetes). Elija una recompensa que le guste a su hijo. Ejemplos de buenas recompensas son un cuento adicional para la hora de dormir, retrasar la hora de dormir media hora, un refrigerio preferido, o para los niños mayores, calcomanías, ganar puntos para un juguete especial o un privilegio.
Explique al niño el comportamiento deseado y la recompensa. Por ejemplo, dígale al niño: «Si te pones el pijama y te cepillas los dientes antes de que termine este programa de televisión, puedes quedarte despierto media hora más tarde». Solicite el comportamiento solo una vez. Si el niño hace lo que le pide, puede darle la recompensa. Puede ayudar al niño, si es necesario, pero no se involucre demasiado. Debido a que cualquier atención de los padres, incluso la atención negativa, es tan gratificante para los niños, es posible que prefieran tener la atención de los padres en lugar de una recompensa al principio. Las declaraciones de transición, como «en 5 minutos, se terminará el tiempo de juego», son útiles cuando le está enseñando a su hijo comportamientos nuevos.
Este sistema le ayuda a evitar luchas de poder con su hijo. Sin embargo, no castigue a su hijo si decide no comportarse como le pide ;simplemente no debe obtener la recompensa.
¿Cuáles son algunas buenas formas de recompensar a mi hijo?
Ganarle al reloj (buen método para un niño holgazán)
Pídale al niño que haga una tarea. Coloque un temporizador. Si la tarea se realiza antes de que suene el temporizador, su hijo recibe una recompensa. Para decidir la cantidad de tiempo que le dará al niño, calcule el «mejor tiempo» para que haga esa tarea y agregue 5 minutos.
El juego del buen comportamiento (bueno para enseñar un nuevo comportamiento)
Escriba una lista corta de buenos comportamientos en un cuadro y marque el cuadro con una estrella cada vez que observe el buen comportamiento. Después de que su hijo haya ganado una pequeña cantidad de estrellas (según la edad del niño), dele una recompensa.
Buenas notas/malas notas (el mejor método para niños difíciles y muy activos)
En poco tiempo (alrededor de una hora) ponga una marca en un gráfico o en la mano de su hijo cada vez que lo vea comportarse bien. Por ejemplo, si ve a su hijo jugando tranquilamente, resolviendo un problema sin pelear, levantando juguetes o leyendo un libro, marque la tabla. Después de una cierta cantidad de puntos, dé una recompensa a su hijo. También puede hacer marcas negativas cada vez que ocurre un mal comportamiento. Si hace esto, solo dé una recompensa a su hijo si tiene más calificaciones positivas que negativas.
Desarrollar el tiempo de tranquilidad (a menudo útil cuando está preparando la cena)
Pídale a su hijo que juegue tranquilamente solo o con un hermano por un tiempo corto (tal vez 30 minutos). Controle a su hijo con frecuencia (cada 2 a 5 minutos, dependiendo de la edad del niño) y dele una recompensa o una ficha por cada pocos minutos que esté tranquilo o jugando bien. Aumente gradualmente los tiempos (pase de verificar el comportamiento de su hijo cada 2 a 5 minutos a verificar cada 30 minutos) pero continúe dando recompensas por cada período de tiempo durante el cual su hijo estuvo tranquilo o jugó bien.
¿Qué pasa si el comportamiento de mi hijo es causado por un trastorno por déficit de atención con hiperactividad o por un trastorno del procesamiento sensorial?
Si su hijo tiene problemas sensoriales (a veces llamados trastorno del procesamiento sensorial o SPD) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), es posible que no pueda quedarse quieto. Los niños con TPS y TDAH también pueden tener un autocontrol muy limitado. Esto puede hacer que la crianza de los hijos sea más desafiante. Los niños que padecen estos trastornos a menudo no responden a los castigos ni a las recompensas.
Muy a menudo, ser padre de un niño con TDAH y TPS requiere que usted enfrente sus emociones primero y el comportamiento en segundo lugar. Hay muchas formas de ayudar a enseñar a un niño con TDAH o TPS a lidiar con sus emociones. Estas incluyen ejercicios de respiración, el uso de una tabla de niveles emocionales y el uso de presión profunda como una forma de calmarlos. Solo después de que su hijo esté tranquilo podrá comenzar a explicar por qué su comportamiento no fue apropiado o fue inesperado. Con el tiempo, es posible que comience a aprender a autorregular las emociones. Esto puede ayudar con el comportamiento.
¿Qué más puedo hacer para ayudar a que mi hijo se comporte bien?
Haga una lista breve de reglas importantes y repáselas con su hijo. Las reglas deben relacionarse con la seguridad, la salud y cómo tratar a los demás. Cuantas menos reglas haya, habrá menos comportamientos que rompan las reglas con el que tendrá que lidiar. Evite las luchas de poder, las situaciones sin salida y los extremos. Cuando crea que ha reaccionado de forma exagerada, es mejor usar el sentido común para resolver el problema, incluso si tiene que ser inconsistente con su método de recompensa o castigo. Evite hacer esto con frecuencia, ya que puede confundir a su hijo.
Acepte la personalidad básica de su hijo, ya sea tímida, social, extrovertida o activa. La personalidad básica se puede cambiar un poco, pero no mucho. Trate de evitar situaciones que puedan hacer que su hijo se ponga de mal humor, como sentirse demasiado estimulado, cansado o aburrido. No critique a su hijo frente a otras personas. Describa el comportamiento de su hijo como malo, pero no etiquete a su hijo como malo. Elogie a su hijo con frecuencia cuando se lo merezca. Tóquelo con afecto y con frecuencia. Los niños quieren y necesitan la atención de sus padres.
Desarrolle pequeñas rutinas y rituales, especialmente a la hora de acostarse y comer. Proporcione comentarios de transición (como «en 5 minutos, cenaremos»). Permita que su hijo elija siempre que sea posible. Por ejemplo, puedes preguntar: «¿Quieres ponerte el pijama rojo o el pijama azul para ir a la cama esta noche?». «¿Quieres que te lleve a la cama o quieres ir solo?» «¿Qué libro quieres leer?»
A medida que los niños crecen, pueden disfrutar de participar en la elaboración de las reglas del hogar. No discuta las reglas cuando su hijo se porta mal. Invite a su hijo a participar en la elaboración de reglas en otro momento.
Aspectos a tener en cuenta
Los padres pueden optar por utilizar el castigo físico (como las nalgadas) para detener el comportamiento indeseable. El mayor inconveniente de este método es que, aunque el castigo detiene el mal comportamiento por un tiempo, no le enseña a su hijo a cambiar su comportamiento. Disciplinar a su hijo en realidad es solo enseñarle a elegir buenos comportamientos. Si su hijo no conoce un buen comportamiento, es probable que retome el mal comportamiento. El castigo físico se vuelve menos efectivo con el tiempo y puede hacer que el niño se comporte de manera agresiva. También puede llevarse demasiado lejos y convertirse en abuso infantil. Se prefieren otros métodos de castigo y deben utilizarse siempre que sea posible.
Preguntas para hacerle a su médico
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- ¿Mi hijo tiene un trastorno de conducta?
- ¿Mi hijo tiene trastorno por déficit de atención (TDA)?
- ¿Mi hijo tiene un trastorno del espectro autista?
- ¿Podría mi hijo superar su mal comportamiento?
- ¿Qué debo hacer si tengo miedo de que mi hijo pueda lastimar físicamente a alguien?
- ¿Qué debo hacer si tengo miedo de que mi hijo se lastime?
- ¿Ayudaría la medicina a controlar el comportamiento de mi hijo?
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Esta información proporciona una visión general y puede que no se aplique a todos. Hable con su médico de familia para averiguar si esta información se aplica a usted y para obtener más información sobre este tema.