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Cómo cuidar de usted mismo mientras cuida a otros

Un cuidador es alguien que brinda atención básica a una persona que tiene una afección crónica. Una afección crónica es una enfermedad que dura mucho tiempo o no desaparece. Algunos ejemplos de afecciones crónicas son los siguientes:

  • niños con necesidades especiales, como la parálisis cerebral
  • cáncer
  • consecuencias de un accidente cerebrovascular
  • esclerosis múltiple
  • artritis
  • diabetes
  • enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia

El cuidador ayuda a la persona con diversas tareas. Estas incluyen hacer las compras, preparar la comida y alimentarse, hacer la limpieza, tomar los medicamentos, bañarse y vestirse. Los cuidadores también proporcionan compañía y apoyo emocional.

Algunos cuidadores son pagos. Sin embargo, muchos son amigos o familiares de la persona que necesita cuidado. Cuidar de un ser querido puede ser muy satisfactorio; pero también puede ser muy difícil.

¿Por qué es tan difícil cuidar a otros?

Cuidar a un ser querido que está gravemente enfermo nunca es fácil. Usted suele estar “de guardia” casi todo el tiempo. Puede resultarle difícil hacer malabares con las diferentes áreas de su vida. Esto puede incluir el trabajo, las tareas domésticas, el cuidado de los niños y el cuidado de la persona que está enferma. Es posible que sienta que no tiene tiempo libre.

Cuidar de otro también es difícil porque se suelen ver muchos cambios en su ser querido:

  • Es posible que la persona a la que cuida ya no lo reconozca.
  • Puede estar demasiado enfermo para hablar o seguir instrucciones simples.
  • Puede tener problemas de comportamiento, como gritar, golpear o vagar fuera de casa. Esto puede suceder, especialmente, si la persona que cuida sufre de demencia.

Es posible que le cueste pensar en la persona de la misma manera que lo hacía antes de que se enfermara.

¿Es normal tener tantos sentimientos encontrados sobre ser cuidador?

Sí. Es normal que tenga muchos sentimientos diferentes acerca de su papel como cuidador. A veces, puede sentir miedo, tristeza, soledad o sentirse poco apreciado. Puede sentirse enojado y frustrado. Puede sentirse culpable o sentir que la vida no es justa. Todos estos sentimientos son normales.

Al ser cuidador, ¿estoy en riesgo de tener problemas de salud?

Sí. Dado que cuidar a otro es muy difícil, es posible que su salud se deteriore. Es posible que se sienta abrumado y estresado por su función de cuidador. Quizá descubra que, si bien dedica demasiado tiempo a cuidar de otros, descuida su propia salud.

Algunas de las tareas que implica cuidar a otro pueden requerir que haga un esfuerzo adicional con su cuerpo; por ejemplo, levantar a su ser querido o bañarlo. Cuidar a otra persona también puede exigir un esfuerzo económico. Quizás evite ir al médico para no tener que pagar las consultas o los tratamientos. O tal vez no tenga tiempo para ir al médico cuando lo necesita. Todo esto puede afectar su salud emocional, mental y física.

Existen estudios que demuestran que los cuidadores tienen mayor riesgo de sufrir los siguientes problemas de salud:

  • consumo de alcohol, tabaco y abuso de drogas
  • trastornos de ansiedad
  • cáncer
  • diabetes
  • cardiopatías
  • hipertensión arterial
  • colesterol alto
  • infarto de miocardio
  • acidez estomacal
  • infecciones
  • obesidad
  • dolor (muscular, articular, de cabeza, etcétera)
  • estrés y depresión

¿Cómo puedo saber si el hecho de cuidar a una persona me estresa demasiado?

Es normal tener muchos sentimientos contradictorios; pero no es normal que estos sentimientos se prolonguen por mucho tiempo o interrumpan su vida. Ser cuidador es complicado. Algunos médicos consideran a los cuidadores “pacientes ocultos”. Los estudios demuestran que los cuidadores son mucho más propensos que los no cuidadores a sufrir problemas de salud. Estos pueden incluir exceso de estrés, depresión, ansiedad y otros problemas.

Camino hacia un mayor bienestar

Es importante que cuide de usted mismo mientras se ocupa de cuidar a su ser querido. Eso lo ayudará a evitar el exceso de estrés o la depresión. Las siguientes sugerencias pueden ayudarlo a apostar por su bienestar.

Cuide su salud. 

Es posible que sienta que debe “hacerlo todo” sin importar cuánto lo afecte. Pero no puede cuidar a nadie si no se cuida a usted mismo. Tome estas medidas para hacer del bienestar una prioridad:

  • Evite consumir alcohol y tabaco. Es posible que piense que pueden ayudarlo en el corto plazo, pero pueden afectar el sueño y traerle problemas de salud si los consume con frecuencia.
  • Mantenga una dieta sana y equilibrada. Su cuerpo necesita alimentos nutritivos que le aporten energía.
  • Ejercítese habitualmente. Hacer entre 30 y 60 minutos de ejercicio de 3 a 5 veces por semana pueden darle más energía, reducir el estrés y mejorar su estado de ánimo.
  • Descanse lo suficiente. Su cuerpo necesita recuperarse física y mentalmente cada noche. Si le falta descanso, trate de dormir siestas cuando lo haga su ser querido.
  • Controle el estrés. El estrés afecta su salud mental, emocional y física. Aprenda a controlarlo para que no se apodere de su vida.

Visite a su médico regularmente.

Hágase controles con regularidad, incluso si no siente que está enfermo. Su médico puede brindarle servicios preventivos para ayudarlo a mantenerse saludable; por ejemplo, evaluaciones médicas, exámenes y vacunas. También puede asesorarlo en función de su edad, sexo e historia clínica y familiar. Estos servicios ayudan a prevenir enfermedades y contribuyen a detectar en forma temprana cualquier enfermedad que pueda tener.

Aprenda sobre la afección médica de su ser querido.

Averigüe todo lo que pueda acerca de la afección de su ser querido, el tratamiento que está atravesando y sus efectos secundarios. Estar informado le puede dar una sensación de control. El médico de su ser querido, los grupos de apoyo, Internet y las bibliotecas son buenos recursos para obtener más información.

Organícese. 

Cuidar de otros suele ser un trabajo de tiempo completo. Sin embargo, es posible que deba hacerlo por sobre otras responsabilidades, como un trabajo remunerado o el cuidado de sus hijos. Haga un cronograma con su familia. Esto contribuirá a que todos se mantengan organizados y lo ayudará a manejar las demandas de su tiempo. No se olvide de programar un tiempo para hacer las cosas que le gustan, por ejemplo, visitar amigos, salir a cenar o ir al cine.

Tome descansos.

Acepte que lo que usted puede hacer tiene un límite. Si comienza a sentirse exhausto o abrumado, tenga un plan. Tenga una lista de personas dispuestas a ayudar; puede incluir familiares, amigos o cuidadores temporarios. Pida ayuda si la necesita.

Hable con su médico de cabecera. 

Si está agobiado, hable con su médico. No se avergüence de sus sentimientos. Informe a su médico todos los síntomas. Le puede recomendar métodos para afrontar la situación, grupos de apoyo, asesoramiento o medicamentos para ayudarlo a sentirse mejor.

Hable con su ser querido y su familia.

Quizá sienta que no debe molestar a la gente con sus sentimientos porque no es quien está enfermo. Sin embargo, hablar de la enfermedad y de cómo se siente puede ayudar a aliviar el estrés. Hable con su ser querido, con otros miembros de la familia o con amigos que puedan proporcionarle apoyo.

Busque ayuda en su comunidad. 

Los servicios comunitarios proporcionan diferentes tipos de ayuda. Estos incluyen la entrega de comidas, transporte y asesoría jurídica o financiera. También contemplan servicios de atención médica en el hogar, tales como fisioterapia, enfermería o atención de relevo. Puede consultar en su iglesia o sinagoga si hay servicios o voluntarios que lo puedan ayudar. También puede pedir ayuda a las organizaciones de apoyo o unirse a una comunidad en línea.

Muchos gobiernos locales, estatales o del condado tienen organismos para la tercera edad. Pueden ayudarlo a encontrar programas y servicios en su zona. La Administración para la Tercera Edad (AoA, por sus siglas en inglés) de los EE. UU. ofrece información sobre organismos y otros servicios por zona. También puede hacerse en línea, mediante el buscador de asistencia para adultos mayores (Eldercare Locator).

Únase a un grupo de apoyo.

Los grupos de apoyo le permiten compartir sus sentimientos y experiencias con otras personas que pasan por situaciones similares. Su médico puede sugerir grupos de apoyo locales. Las redes sociales también son un buen recurso. Existen herramientas en línea, foros y aplicaciones móviles para conectarlo con personas que están en una situación similar.

Busque ayuda profesional.

Reconocer que necesita ayuda requiere fuerza y ​​valor. A veces, es útil hablar con un terapeuta acerca de cómo se siente. Su médico puede derivarlo a un terapeuta que se especialice en el tipo de asesoramiento que usted necesita.

Aspectos que se deben tener en cuenta

En ocasiones, el estrés de cuidar de un ser querido se vuelve abrumador. Esto puede conducir a un exceso de estrés e incluso a la depresión. Esté atento a estos signos.

Signos de exceso de estrés

  • Sentirse abrumado o desamparado.
  • Sentir ansiedad o irritabilidad.
  • Sentir enojo excesivo con la persona que cuida, con su familia o con usted mismo.
  • Tener problemas de salud (como acidez estomacal, dolores de cabeza o sufrir varios resfriados o gripe).
  • Tener problemas de sueño (dormir demasiado o no dormir lo suficiente).
  • Aislarse socialmente.
  • Tener comportamientos poco saludables, como fumar o beber demasiado alcohol.

Signos de depresión

  • Tener cambios en el apetito; perder o aumentar de peso involuntariamente.
  • Llorar con facilidad o sin razón.
  • Sentirse triste, desesperanzado o impotente.
  • Sentirse decaído, preocupado o irritable.
  • Sentirse inútil o culpable.
  • Sufrir dolores de cabeza, dolores de espalda o problemas digestivos.
  • Perder el interés en el sexo.
  • No tener interés en cosas que solía disfrutar o no sentir placer al hacerlas.
  • Tener problemas de sueño (dormir demasiado o no dormir lo suficiente).
  • Tener problemas para recordar cosas, concentrarse o tomar decisiones.
  • Pensar en la muerte o el suicidio.

Si cree que está sufriendo un exceso de estrés o depresión, llame a su médico de cabecera. Puede ayudarlo a manejar sus sentimientos y el estrés, ya sea con técnicas de manejo del estrés, asesoramiento o medicamentos.

Preguntas para hacerle a su médico

  • ¿Qué puedo hacer para prevenir el exceso de estrés?
  • ¿Hay maneras de que pueda descansar de los cuidados?
  • ¿A qué signos debo prestar atención para saber si estoy haciendo demasiadas cosas?
  • ¿Puede el estrés causar síntomas físicos?
  • ¿Un grupo de apoyo me ayudaría?
  • ¿Necesito medicamentos para poder afrontar el estrés de cuidar a una persona?

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