Practico la medicina familiar en una clínica de Alaska. Durante los primeros días de la pandemia de COVID-19, mi clínica cambió a visitas de telemedicina. Mediante videoconferencias o por teléfono, los pacientes pueden conectarse con su equipo de atención médica mientras mantienen una distancia física segura. Solo vimos pacientes en persona por problemas urgentes o emergencias. (Obtenga más información sobre la telemedicina y cómo puede aumentar el acceso a la atención médica).
Desde entonces, muchas prácticas de medicina familiar han reanudado parcial o totalmente la atención presencial. Los médicos y otros profesionales de la salud tienen protocolos para mantener las clínicas seguras para sus pacientes, su personal y para ellos mismos. Por ejemplo, pueden requerir el uso de cubrebocas y fomentar el distanciamiento físico. Muchas prácticas siguen las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para prevenir la propagación del COVID-19.
Mi clínica todavía ofrece visitas de telemedicina como una opción. Estas son especialmente útiles para los pacientes que tienen un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por COVID-19 o que todavía no se sienten cómodos con una cita en persona. Sigo atendiendo visitas de telemedicina con pacientes que tienen afecciones médicas crónicas estables (por ejemplo, diabetes) o afecciones de salud mental estables. Las visitas de telemedicina pueden funcionar bien para problemas agudos leves. Estos incluyen resfriados, erupciones cutáneas y dolores articulares y musculares menores. También puedo prestar algunos tipos de atención preventiva y servicios de bienestar de forma remota.
Sin embargo, en algunos casos, necesito ver a un paciente en persona para hacer un diagnóstico preciso o determinar el tratamiento adecuado. Hace poco tuve una visita de telemedicina con Linda, mi paciente de 74 años (no es su nombre real). Tiene presión arterial alta y otras afecciones crónicas de salud. La veo con regularidad para controlar su atención. Durante la visita, me dijo que se sentía mareada y aturdida. Estos síntomas eran nuevos para ella. Después de hablar con Linda sobre cómo se sentía, decidí que debería venir para una evaluación adicional que no se podía realizar de forma remota.
Le expliqué a Linda por qué necesitaba verla para una visita en persona en esta situación. Le aseguré que mi clínica toma todas las precauciones recomendadas para mantener a los pacientes a salvo del COVID-19. Ella accedió a programar una visita al consultorio. Cuando se presentó a su cita, le hicimos un electrocardiograma (ECG) y realizamos un conjunto básico de pruebas de laboratorio. Revisamos su presión arterial después de que pasó de estar acostada a estar de pie. También le realicé un examen físico.
Afortunadamente, el examen y las pruebas de Linda no provocaron ninguna señal de alerta. Me dijo que su mareo desapareció después de que ajusté su medicamento para la presión arterial. Además, había comenzado a controlar su presión arterial en casa con un monitor de presión arterial que le proporcionó la clínica. Le pedí a Linda que me viera en 1 mes para una visita de seguimiento de telemedicina. Ella programó la cita.
La telemedicina probablemente seguirá formando parte de la atención de Linda, cuando sea necesario. Me dijo que está agradecida de que la tecnología le permita recibir atención médica en su propia casa. Linda también me verá para visitas en persona de manera regular porque necesita un procedimiento cada 3 meses para una afección crónica.
Consejos rápidos
Las visitas de telemedicina pueden ser una buena opción en algunos casos. Pero no son la opción correcta para todas las situaciones. Por ejemplo, algunos exámenes, pruebas y procedimientos deben realizarse en persona. También es posible que deba ir al consultorio de su médico si tiene nuevos signos físicos, como un bulto, o hallazgos en la piel que cambian rápidamente, como una infección de la piel que tiene rayas rojas o cambios en un lunar. Consulte con su médico familiar para averiguar si es necesaria una visita en persona para realizar un diagnóstico o determinar el tratamiento adecuado para usted.